sábado, 2 de junio de 2012

“Mismo camino, nuevos amigos.”





Entre a tercer semestre, otro vez un nuevo salón, varios de mi viejo salón habían quedado en mi salón de administración,  me pareció bien, rápidamente hice más amigos y lo mejor de todo, ya no tenía a mi hermana en la escuela, se había graduado y no tendría que estarla viendo todos los días en la escuela.
Mi maestra de capacitación es la mejor, me agrada mucho, nos entiende y es muy comprensible y además es nuestra tutora desde entonces.
En ese semestre empecé a no entrar a muchas clases, me quedaba jugando voleibol   con mis amigos.
Recuerdo que una vez fuimos al sol del niño, y vimos una película en el imax se trataba de átomos creo, era de biología casi no le puse atención a la película, era aburrida y el 3D no se me hizo entretenido. Pero fuimos al simulador de huracanes y me gustó mucho ese, y a todo lo que había ahí. Después jugamos fútbol contra otros salones u otras escuelas que estaban ahí, fue divertido.
Una vez de la escuela nos fuimos al arrollo hondo, fue divertido, ahí fue cuando me di cuenta que con ese salón me divertiría mucho, estuvimos ahí como 3 horas y ya no teníamos como regresarnos, no cupimos en el carro, así que tuve que llamarle a mi mama para que pasara por nosotros y estábamos todos mojados, mi mama se enojó conmigo por eso, porque iban mojados.
Por lo menos una vez a la semana, nos íbamos a comer flautas saliendo a la plaza, parecía una nueva tradición, la de comer flautas. También en ese semestre empezó mi terror, la materia odiada y la maestra odiada por todos, física con la maestra Paula Chig, fue lo peor darme cuenta lo difícil que es su materia, sus exámenes que parece que los hace con odio, pero aun así no me fue tan mal. Otra materia que batalle fue literatura leer libros, eso no es lo mío, no se me da eso de leer, reprobé el primer parcial y me di cuenta que tenía que esforzarme, en los siguientes parciales saque nueves y me hizo un examen de recuperación, en el cual saque 8.5, me quede a .5 de exentar la materia.
Llego diciembre y como rápidamente todos nos hicimos amigos, hicimos una posada, estuvo muy suave, cantamos nos divertimos mucho, comimos, bailamos y tomamos un poco.
Llegaron los semestrales y esta vez hice casi todos, empecé a ir hacia abajo, pero en los semestrales me fue muy bien y recupere calificación.
Y así es como se fue otro semestre más, ya llevaba la mitad de la preparatoria, había pasado muy rápido todo, pero aún faltaban tres semestres por disfrutar.

Por García Ruano Jorge Arturo

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